Más impuestos por favor

Existen casos en los que los impuestos pueden ser beneficiosos, incluso para nuestra salud.

Una balanza con un craneo y una coca
Oh wow. Fuente: Stable Diffussion

En Noviembre de 2014, los ciudadanos de la ciudad de Berkeley salieron a votar la creación de un nuevo impuesto. Un sorprendente 74 por ciento de la población votó que si querían que se cobrara un centavo de dólar adicional a las bebidas endulzadas con azúcar. Dos años después, el consumo de este tipo de bebidas cayó más de 50 por ciento en la ciudad.

Este caso es uno de los ejemplos más exitosos de los efectos positivos de los impuestos pigouvianos o impuestos al pecado.

😈Los impuestos al pecado

Hace cien años, Arthur Pigou, un profesor de la Universidad de Cambridge publicó uno de los libros más influyentes de economía del siglo XX. El libro se llama “La economía del bienestar”, e introduce el contepto de externalidad: los costos (o beneficios) indirectos que surgen a un tercero por nuestras actividades. Por ejemplo, las emisiones de dióxido de carbono que emitimos cuando conducimos nuestro auto podrían causar la muerte de alguien más.

El problema es que la persona que causa esa externalidad no se da cuenta de que lo está haciendo o no tiene incentivos para cambiar su comportamiento, pues no le están costando directamente los efectos. Las personas que no usaban el cubrebocas durante la pandemia no sólo ponían en riesgo su propia salud, también afectaban a la de las personas que los rodean y aumentan la probabilidad de saturar el sistema de salud.

Pigou no es tan famoso como Marshall o Keynes, pero su contribución al pensamiento económico es enorme. Probablemente ha salvado millones de vidas gracias a las políticas que se han implementado basados en sus modelos.

La solución de Pigou al problema de las externalidades es la creación de un impuesto a ellos: un impuesto al pecado. Se trata de un impuesto a aquello que hemos detectado hace daño. El impuesto tiene la intención de desincentivar el consumo de ese producto aumentando su precio final.

Un modelo geométrico. Representa un aumento en los precios.
Un modelo de cómo funcionan los impuestos al pecado

Los impuestos al pecado se aplican exitosamente alrededor del mundo a las bebidas alcoholicas, al tabaco y a los automóviles. También hay impuestos similares al de las bebidas azucaradas de Berkeley en diferentes países alrededor del mundo.

México es uno de los países emblemáticos en los impuestos a las bebidas azucaradas. El impuesto introducido en 2014 de un peso por litro a este tipo de producto llevó a un aumento de 11% en los precios de los refrescos y una reducción de 37% en el volumen total de bebidas compradas para 2016. Además, la reducción en el consumo fue mayor en los hogares más pobres y con mayor consumo previo al impuesto.

No es una exageración decir que los impuestos pigouvianos salvan vidas. Se estima que a lo largo de un periodo de 10 años el impuesto que México puso a las bebidas azucaradas podrían prevenir casi 240 mil casos de obesidad, 39% de esos en niños. Nada mal.

🏥Las externalidades en la salud

Es más complicado en ocasiones ver por qué el consumo de las bebidas azucaradas puede ser un asunto público. Podrías considerar que cada uno de nosotros somos libres de decidir si queremos consumir alimentos poco saludables y las consecuencias son sólo nuestras. La realidad es un tanto más compleja: si eres del tipo de persona que no desea pagar por los daños que otras personas causan, te interesa que se regule el uso de alimentos dañinos.

Las bebidas azucaradas tienen graves efectos en el incremento de obesidad, diabetes, factores de riesgo cardiovascular, caries entre otras condiciones. Cuando demasiadas personas sufren de estos padecimientos, gran parte de los recursos destinados al sistema de salud se van al tratamiento de estas condiciones y de las consecuencias posteriores. Personas que de otra manera estarían saludables, trabajando y contribuyendo al crecimiento económico, se enfrentan a problemas de salud que se pudieron prevenir.

🧑🏽‍🔬El estudio

Veamos un poco más a profundidad el estudio que hicieron para identificar el efecto del impuesto. A mi parecer es un estudio muy interesante que suelo usar en mis clases para explicar una forma básica el método de diferencias en diferencias usando excel.

En resumen, el método de diferencias en diferencias permite crear de manera artificial sujetos de tratamiento y sujetos de control, como si se tratara de un estudio experimental. En un experimento, se trata de controlar todas las variables que pudieran afectar nuestra variable de interés para dejar limpio el efecto de otro tipo de influencias.

¿Cómo se logra esto? aprovechando lo que los economistas conocemos como experimentos naturales. Los cambios en las leyes son una excelente fuente de experimentos naturales, pero también se pueden aprovechar desastres naturales o eventos políticos que llegan de manera exógena.

El impuesto a las bebidas azucaradas de Berkeley representa un escenario ideal para identificar efectos de manera clara, pues solamente se aplicó en un inicio a una región limitada. Esto quiere decir que las zonas urbanas alrededor de Berkeley a las que no se les aplicó el impuesto pueden funcionar como variables de control.

Para que una zona funcione como variable de control es necesario que se pueda considerar comparable a la variable de tratamiento. Dos zonas urbanas en el mismo país, mismo estado, con niveles de ingreso similares y con una distribución demográfica parecida es comparable y es el candidato óptimo para identificar el efecto.

Una parte del estudio fue una comparación de los precios en los puntos de venta de Berkeley y zonas aledañas. El resultado se puede identificar en la siguiente gráfica.

Un gráfico de lineas que muestra líneas divergentes.
Tras la implementación del impuesto, los precios de las bebidas azucaradas aumentaron en Berkeley en comparación a otras zonas. Fuente: Silver et al. (2017)

La gráfica se lee de la siguiente manera. Las líneas gruesas representan las bebidas a las que se les aplica el impuesto: las bebidas azucaradas. Como se podría esperar, en promedio se trata de bebidas mas caras que las que no tienen edulcorantes, incluso antes de la aplicación del impuesto.

Las líneas grises verticales representan el periodo entre enero y marzo de 2015 en el que se adoptó el impuesto. Nota que a la izquierda de esas líneas se representa el periodo antes de la implementación del impuesto. En este periodo los precios son muy similares en las regiones de Berkeley y las ciudades vecinas.

Esto cambia a partir de la implementación del impuesto. Del lado derecho de las líneas se alcanza a ver que hubo un aumento promedio de 81 centavos por onza.

Finalmente, los investigadores hicieron una encuesta de consumo en Noviembre-Diciembre de 2015 para revisar los efectos del impuesto en la compra de estas bebidas. Encontraron que sólo un 29% de los encuestados consume este tipo de bebidas, en comparación con el 58% de los consumidores en los Estados Unidos.


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