Las aerolíneas tienen un enorme problema: no hay pilotos nuevos. El resultado son retrasos en vuelos nacionales e internacionales, cancelaciones de vuelos y problemas logísticos a nivel mundial.
El problema comenzó con la pandemia. De un día para otro los viajes pararon y las aerolíneas tuvieron que descansar a los pilotos en el mundo. Cuando Oliver Wyman realizó esta predicción el año pasado, se veía como un problema poco plausible, pues nuestro problema en el momento era justo el contrario: muy pocos vuelos en comparación al número de pilotos disponibles.
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