Probablemente te hayas enterado del intento de compra de Elon Musk a Twitter. Primero se reveló que el multimillonario había comprado un 9.2% de la compañia y comenzó a realizar encuestas en la plataforma para decidir si debería de incluir un botón de edición y otra donde se cuestionaba si la red social se adhiere a los principios de la libertad de expresión (lo que sea que eso quiera decir).
Existen dos tipos de inversionistas: los inversionistas pasivos y los activistas. Un inversionista pasivo compra las acciones con la única intención de obtener ganancias de capital de los incrementos en las acciones, sin tratar de influir en las decisiones de la empresa. Por otro lado, un inversionista activista tiene interés en realizar cambios en la empresa.
A pesar de algunos rumores de que todo esto se trata sólo de una elaborada estrategia para obtener ganancias de capital evitando multas de la SEC, las declaraciones de Musk sobre la plataforma lo colocan como un activista que busca hacer modificaciones a las políticas de la plataforma. Tal vez por eso realizó una oferta por el 100% de las acciones a 54.2 dólares la acción, oferta que la empresa rechazó y causó que tomara medidas para evitar una compra hostil del empresario o de cualquier otra persona.
La píldora envenenada
En las películas de vez en cuando aparece una escena en la que algún espía es atrapado por el enemigo. Cuando esto pasa, la persona capturada se toma una píldora envenenada que lo mata al instante (me viene a la mente esta escena de la película de Capitán América, pero hay muchos otros ejemplos).
En finanzas, se le conoce como píldora envenenada a un conjunto de estrategias que adopta una empresa para evitar una compra hostil. Por ejemplo, pueden emitir acciones preferenciales con derechos especiales para la mesa directiva, poner controles a la agenda de las reuniones de accionistas y permitir a los accionistas existentes la compra de más acciones de la empresa con descuento para diluir el porcentaje de acciones del comprador hostil.
La píldora envenenada se activa cuando algún accionista obtiene un cierto porcentaje de la propiedad de la empresa, previamente acordada. En el caso de Twitter, la mesa directiva acordó que si alguien compraba más de un 15% de la compañía se activarían las medidas para la compra de acciones para diluir la posición de Musk.
En el pasado las píldoras envenenadas han funcionado de manera muy efectiva. Cuando Carl Icahn amenazó con la compra de Netflix, la compañía reaccionó activando protocolos de pídora envenenada y estableciendo como límite un 10% de las acciones de la empresa para su implementación, logrando así que Icahn vendiera sus acciones y retirara la amenaza.