Los cuatro principios de la economía

Costo de oportunidad, ventaja comparativa, pensar en el margen e inferencia causal

Los cuatro principios de la economía

La economía es la ciencia del comportamiento humano. A diferencia de la psicología o la sociología, acá son importantes los recursos y los incentivos.

Contrario a lo que muchas personas piensan, la economía no se trata únicamente de dinero y de mercados. Hay economistas en todo el mundo trabajando temas relacionados a la salud, la seguridad, la educación, la tecnología, los cuidados y casi todo lo que te puedas imaginar. Entonces ¿Qué es lo que hace diferente a la economía de otros campos de estudio?

Si lo que queremos saber es lo que hace un campo de estudio de otro, nos tenemos que remontar a sus principios.


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13 mil economistas, una pregunta

En Enero de 2020 hubo la última reunión de los economistas antes de la pandemia en la ciudad de San Diego, California. Los investigadores de todo el mundo se reúnen cada año para presentar los resultados de su trabajo, platicar y discutir sobre lo que han aprendido. A esa reunión asisten premios Nobel, ex-presidentes de la FED y rockstars de la economía. Es el Coachella de los economistas.

En esa reunión acudieron los conductores de Planet Money, el programa de Economía de NPR y le hicieron una sola pregunta a algunos de los asistentes más prominentes. Les preguntaron ¿cuál es la idea más útil de la economía?

En el show dieron cuatro respuestas diferentes, que desde entonces he usado para mis clases como los cuatro principios de la economía. Esta lista la hice pública por primera vez en mi curso de Economía del Comportamiento de Platzi.

Principio 1: Costo de Oportunidad

Toda decisión que tomamos tiene un costo de oportunidad. Leer este texto implica tiempo y esfuerzo que podrías estar ocupando en cualquier otra cosa (por eso me esmero en que sea ultra valioso para ti).

El costo de oportunidad representa lo que estás sacrificando cuando tomas una decisión. Entrar a la universidad significa que estás renunciando a los ingresos que podrías obtener con un trabajo durante el tiempo que estudias.

El costo de oportunidad es extremadamente útil para entender decisiones de inversión. Jamás deberías de tomar una opción de inversión riesgosa si los retornos esperados son menores a la tasa segura (CETES, Bonos del Tesoro, etc). En otras palabras: los bonos con tasa libre de riesgo son el costo de oportunidad de cualquier inversión.

Lo mismo pasa para tomar decisiones más cotidianas. Cuando buscas trabajo, cuando se busca pareja, cuando se busca una casa lo que hacemos es comparar con otras opciones. Tomar una decisión es dejar las otras opciones de lado y esperar que lo que elegimos haya sido lo mejor.

Principio 2: Ventaja Comparativa

No todos tenemos los mismos costos de oportunidad. Para algunos es más fácil preparar el desayuno que para otros: tienen menor costo de oportunidad, pues lo preparan más rápido y con menos esfuerzo. Para otras personas les es más fácil lavar los trastes.

Le llamamos ventajas absolutas cuando uno se dedica a hacer el desayuno y la otra persona se dedica a lavar los trastes. Y así todos felices. Pero ¿qué sucede cuando una sola persona es mejor para hacer el desayuno y también para lavar los trastes.

Cuando esto sucede, aún existen incentivos para que las personas hagan intercambio y se especialicen: que uno de los dos se dedique a preparar el desayuno mientras que el otro lava los trastes.

Para decidir quién hace qué basta identificar en qué es menos mala aquella persona que no tiene las dos habilidades. Digamos que A es la persona con gran habilidad en ambas cosas y B es malo para hacer el desayuno pero medianamente bueno para lavar los trastes. La siguiente tabla es un resumen de sus habilidades.

Aquí la mejor opción sería que A hiciera el desayuno y B lave los trastes. Esta opción es evidentemente superior a que A lave los trastes y acaben con un mal desayuno.

Principio 3: Pensar en el Margen

Hay muchas métricas que los economistas solemos medir en el margen. La utilidad, los costos, los ingresos, todo es sujeto a medirse en términos marginales.

Por ejemplo, cuando tomamos un vaso de agua, este nos genera una utilidad: una sensación placentera y positiva. Pero la utilidad que nos genera el segundo vaso de agua es menor.

Imaginemos que esa sensación de placer que nos da tomar un vaso de agua se puede medir.

Nota que la utilidad total es la suma acumulada de las utilidades marginales. El segundo vaso de agua puede que te de algo de valor, pero ya es menos que el primero. Para cuando llegamos al cuarto vaso de agua, ya no te satisface.

Lo mismo sucede con los costos. Cuando hay costos fijos, el costo promedio tiende a disminuir en el margen con el tamaño de la empresa. Este es el principio detrás de las economías de escala

.Las economías de escala son lo que hacen que empresas como Amazon o Walmart tengan costos tan bajos que competir contra ellos es prácticamente imposible para empresas pequeñas. Es la razón de que las tienditas de la esquina la tienen complicada siempre que aparece cerca un Oxxo.

Los principios económicos son muy poderosos: pueden ayudar a explicar muchos fenómenos sociales. Pero en ocasiones la lógica económica requiere apoyarse de la evidencia para llegar a las conclusiones correctas.

Principio 4: Inferencia Causal

Los modelos de la economía neoclásica llevan a conclusiones extrañas. En ocasiones esas conclusiones, aunque extrañas, pueden ser valiosas.

Por ejemplo, cuando usamos el modelo de oferta y demanda para determinar el valor del tipo de cambio, nos permite tomar decisiones macro que funcionan y pueden salvar a economías enteras de una crisis.

Pero cuando aplicamos este mismo modelo al mercado de trabajo, las conclusiones pueden generar políticas públicas poco deseables. En los 80s era común modelar al mercado de trabajo con curvas de oferta y demanda, donde la oferta son los trabajadores buscando empleo y la demanda son las empresas buscando quién trabaje para ellos.

Todo bien. Pero cuando deseaban explicar los efectos de los aumentos en el salario mínimo en la economía, la evidencia no siempre se alinea con la teoría.

En un estudio muy famoso, David Card y Alan Krueger aprovecharon un aumento en el salario mínimo de Nueva Jersey para medir los efectos de la medida en el desempleo. La idea que generan los modelos neoclásicos de la economía tradicional indican que si este aumento es superior al salario de equilibrio, entonces habrá una diferencia entre el nivel de trabajo ofertado y el demandado. Esa diferencia es el desempleo que generaría el aumento.

Pero esto no fue lo que encontraron Card y Krueger. Midieron los salarios y los niveles de empleo en las empresas de comida rápida de Nueva Jersey y del estado vecino Pennsylvania (que mantuvo su mismo nivel de salario mínimo) antes y después de que se aplicara el aumento.

¿Qué encontraron?, nada. No hubo ningún efecto del aumento del salario mínimo en los niveles de empleo en Nueva Jersey.

¿Por qué no hubo ningún efecto? El modelo tradicional considera a los salarios sólo como un costo de la empresa, pero cuando las personas tienen mayores ingresos también gastan más y generan más empleo para otras personas en la economía.

La inferencia causal se apoya de múltiples técnicas estadísticas, pero es parte de lo que convierte a la economía en una ciencia diferente de las otras. La búsqueda de las causas y efectos por medio de la evidencia son lo que guían a esta ciencia.


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