Las cinco preguntas para definir tu tema de investigación

Usa estas preguntas para definir tu protocolo de investigación

Las cinco preguntas para definir tu tema de investigación

Primero te aclaro: nunca empieces de cero a trabajar con un problema de investigación. Generalmente al empezar a investigar ya debes tener un conjunto de notas que te den un punto de partida. Puedes crear un sistema de notas inteligentes al estilo de un Zettelkasten, puedes crear un blog o puedes usar una libreta.

Este es un modelo de cinco preguntas para definir un protocolo de investigación que nos pidió hacer el Dr. Adrián Valles en el IPN. El Dr. Valles venía regresando de una estancia en Columbia y nos planteó este trabajo en su clase de seminario. En este post te lo voy a compartir, junto con algunas observaciones que he tenido en los últimos años de revisar trabajos de investigación de licenciatura, maestría y doctorado.

He visto que en ocasiones cuando se pide hacer el protocolo se piden aspectos como los objetivos y justificación. Aunque es lo correcto y en algún momento se tienen que redactar, este es un modelo práctico que te va a llevar a las respuestas que necesitas para de verdad avanzar en tu proyecto. Aunque el proyecto final acabe siendo muy diferente al que planteaste, este ejercicio te ayudará a generar claridad.

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Las cinco preguntas que debes hacer para definir tu investigación1. ¿Cuál es el problema?2. ¿Por qué el problema es un problema?3. ¿Quién lo ha estudiado previamente?4. ¿Con qué resultados?5. ¿Cuál es mi aportación?

¿Cuál es el problema?

La razón de la investigación es resolver problemas. Son raras las ocasiones en las que una investigación se realiza por mera curiosidad y genera algo valioso (si sucede, pero es raro).

Este es el primer paso y el más complicado. ¿De dónde voy a sacar un problema? Sobre todo un problema que sea relevante y que no se haya investigado lo suficiente.

En casi todas las guías que he leído dice lo mismo: Puedes encontrar problemas relevantes para investigar en todas partes. En la literatura del área, si, pero también en una película, en una canción, en las calles.

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La clave es tener buen gusto

La realidad es que elegir un buen problema de investigación requiere que tengas buen gusto. Escuché por primera vez el término en un curso que tomé de Fabián Oloarte sobre contenido de YouTube: el buen gusto es todo ese conocimiento que tienes sobre un tema que te ayuda a identificar lo que es bueno y lo que no. Si tienes muy buen gusto en algo, aprovéchalo para identificar tu problema ahí.

Si no tienes aún, empieza a trabajar en tu buen gusto. Lee mucho sobre los temas que te interesan desde la ciencia que te ocupa. Busca buenos divulgadores de la ciencia que te llama la atención. Este mismo blog es buen punto de inicio: puedes usar la barra de búsqueda para ver un tema que te interesa y te vas a las fuentes que utilizo para profundizar.

Aprovecha para ayudar a alguien más

Puede ser sobre algún problema que hayas vivido personalmente o que viva alguien que conozcas. Aunque en mi experiencia los temas más importan son aquellos en los que no conoces a nadie que haya vivido y que están fuera de tu círculo.

Creo esto firmemente, porque las personas que conoces probablemente tienen los mismos privilegios que tu has vivido (si estás leyendo esto, felicidades, tienes acceso a internet). Hay miles de personas que no conocieron ese privilegio y no tienen una voz. Si estás buscando tema de investigación es porque alguien te ha dado voz para hablar de un tema. Aprovéchala para darle voz a quienes no la tienen.

¿Que pasa si mi tema es urgente?

¿Qué pasa si tienes que definir tu proyecto de manera urgente y no tienes tiempo para crear buen gusto sobre algún tema? Crear gusto puede tomar años, y hasta cierto punto de nuestras vidas, nuestro buen gusto va sobre temas que son difíciles de transformar en un problema de investigación.

En este punto tienes dos opciones: te pones creativo sobre cómo transformar tu buen gusto en un tema de tesis (como el ejemplo de arriba) o te montas en un proyecto existente.

Para subirte a un proyecto existente puedes preguntar a tu asesor(a) de tesis en qué está trabajando. Puedes ofrecerte a trabajar sobre su mismo tema y aprovechar el buen gusto que haya generado ya en el tiempo.

No es necesario que tu tema vaya exactamente sobre lo que trabaja tu asesor. Puedes sugerir una variación ligera del tema o una ampliación. Pregunta a tu asesor cuáles son las preguntas abiertas que deja esa investigación. Si estás al inicio de tu carrera puedes tratar de identificar los que son low hanging fruit (el fruto alcanzable).

Si no puedes basarte en el trabajo de tu asesor, los congresos son el lugar por excelencia donde puedes obtener ideas para investigar. Participa, entra en las charlas, incluso aquellas que no son directamente sobre el tema que te interesa y habla con los ponentes. No sólo saldrás con tema de investigación, muy seguramente saldrás de ahí con nuevas amistades.

¿Por qué el problema es un problema?

Esta es la justificación de tu trabajo. Para que un tema de investigación tenga suficiente impacto es importante que le afecte a suficientes personas y que tenga una aplicación generalizable.

¿A quién le importa?

No se trate de que salves el mundo con una tesis, pero debe haber una población identificable a quien le importen de verdad los resultados que vas a presentar.

En esta sección puedes describir a tu población de interés como un grupo demográfico o con nombre y apellido, si tu estudio es sobre algo muy específico.

Hacer este ejercicio ya es la mitad de tu justificación. Si alguien te pregunta por qué este estudio es relevante, puedes simplemente hablar de este grupo que tienes identificado y de cómo el problema les afecta.

¿En qué se usa la solución?

Pregúntate si las soluciones que estás proponiendo son generalizables. Por ejemplo, Nicholas Bloom es un investigador de la universidad de Stanford que ha encontrado un nicho en la investigación del trabajo desde casa. Realizó una encuesta alrededor del mundo para identificar patrones de trabajo y cómo el trabajo desde casa se incorpora en sus vidas.

Encontró que las personas que trabajan desde casa son más productivas, que los empleadores desean menos tiempo de trabajo desde casa que los empleados y que los empleados están dispuestos a ceder alrededor de 5% de sus ingresos por la posibilidad de trabajar 2 a 3 días desde casa.

Cada uno de estos resultados en si mismo es aplicable. Los mejores proyectos de investigación no sólo muestran los resultados, también muestran cómo estos resultados pueden aplicarse.

¿Por qué no lo ha solucionado el mercado?

Aquí va mi sesgo de economista: hay problemas que, si bien son importantes, el mercado los puede solucionar mejor que tú y que yo. En estos casos, la urgencia de una solución que venga de la investigación se puede perder.

Por ejemplo, los resultados de los modelos microeconómicos son muy poderosos. Hay un antes y un después de que google empezó a usar modelos microeconómicos para hacer subastas a gran escala. Pero ahora esos son modelos que ya tienen resueltos y el beneficio marginal que puedes hacer con modelos nuevos no es mejor que el que los mismos ingenieros de google pueden lograr haciendo experimentos en su propia plataforma.

¿Quién lo ha abordado antes?

En todo protocolo siempre hay una sección de estado del arte. Es importante ver los resultados previos al problema que estás estudiando antes de querer inventar la rueda.

La pregunta es ¿cómo encuentro ese estado del arte? Y eso depende mucho del área en la que estás trabajando. Si como yo, tú creciste con internet, te podría parecer que la respuesta está de alguna manera indexada en un buscador como google.

La realidad es que tus dos fuentes más confiables siguen siendo otras personas que trabajan en el área. Lo ideal es que sea tu asesor quien te guíe y que el estado del arte sea ese último artículo que publicó del tema. Entonces tu aportación claramente se construye a partir del trabajo de tu asesor.

Si por alguna razón no tienes esta oportunidad, Google Scholar es un buscador especializado en artículos académicos que funciona igual que google. Por mucho tiempo yo usé este buscador para entender los temas que me interesaban.

Hay otros buscadores, pero Google Scholar es sin duda alguna el principal para todas las áreas de estudio. Respaldado por la tecnología (Y los fondos. Y la popularidad) de Google, se encontró que la mayoría de las citas encontradas venían de este motor de búsqueda. También puedes utilizar las que vienen en la imagen, incluyendo Scopus y Web of Science.

Una vez que empiezas a tener más experiencia en el área e identificas las revistas especializadas en tu área, puedes tomar lo que esa revista publica como referencia para construir tu estado del arte.

¿Cuáles fueron sus resultados?

Una vez que has identificado tus fuentes, toca revisar los resultados. Si los artículos están bien escritos, esto debe venir claramente escrito desde el resumen, pero si no, es tu tarea revisar el documento a detalle.

Esta pregunta la puedes responder en conjunto con la anterior. La regla general sería que cada párrafo se enfoque en un estudio y su respectivo resultado. Esto generaría un párrafo como el siguiente:

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“En 1980, cerca de 125 mil cubanos migraron a Florida, EEUU en un evento que se conoce como el Éxodo de Mariel. Card (1990) estudió los efectos que este evento tuvo en el mercado laboral en el lugar de destino. Contrario a lo que la teoría neoclásica marca (Borjas, 1990), no se encontró ningún efecto en los salario ni en las tasas de desempleo de los trabajadores en la zona”

Me inventé este párrafo basado en el trabajo de David Card. Si algún día vas a hablar sobre este tema relacionado a la migración, siéntete libre de robarlo y adaptarlo a tu documento.

Nota que de manera natural surgieron dos citas en este párrafo. Originalmente sólo quería citar a Card, pero era importante contrastar de una manera compacta los resultados con la teoría neoclásica. Rompe las reglas una vez que sepas usarlas.

Mi aportación a la investigación

Felicidades. Una vez que ya tienes el panorama más claro ya es más fácil identificar cuál es tu aportación a la investigación. Algunos puntos a recordar:

  • No tienes por qué salvar el mundo con tu investigación. Que una investigación sea significativa no quiere decir que tenga que apuntar a ganarse un Nobel. Puede ser un avance modesto en un nicho específico.
  • Identifica el low hanging fruit para hacer tu investigación. A menos de que busques un trabajo en una de las diez universidades más prestigiosas del planeta, ahí es donde está tu investigación. Puedes encontrar el mínimo viable para que tu proyecto pase y te permita avanzar. Una vez que te sientas en comodidad con lo que esto implica puedes pensar en aumentar el alcance de tu investigación.

El protocolo no está en piedra

Al momento en que escribo esto pareciera que el protocolo es un plan fijo y ya no tendrá cambios después de que lo realices. Algo así como el plan de cinco años. Nada más alejado de la realidad.

Para que un protocolo de investigación sea efectivo, es necesario regresar a él, rayonearlo, tacharlo, morderlo y verificarlo cuantas veces sea necesario para lograr que se aproxime a tus objetivos en la investigación.



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