La guía para regalos óptimos

Lo que dice la ciencia sobre cómo hacer mejores regalos

La guía para regalos óptimos

La navidad es época de regalos. Aunque a primera vista esta tradición es una forma de demostrar amor, los economistas ven el intercambio de regalos desde una perspectiva ligeramente diferente.

Para los economistas, los regalos representan un intercambio ineficiente y de peso muerto.

¿Qué quiere decir esto? Imaginemos que tienes 100 dólares y puedes gastarlo en ti en lo que quieras. Si yo tuviera los mismos 100 dólares y los decidiera gastar en comprarte un regalo, lo más probable es que lo que yo elija no sea tan bueno como lo que tu podrías elegir para tu propio disfrute.

Creo que todos lo sabemos. Alguna vez todos hemos recibido un regalo que simplemente no es muy bueno y que nos hace pensar en que hubiera sido mejor haber recibido dinero.

Incluso cuando la otra persona conoce tus preferencias, los regalos son ineficientes. Recuerdo una vez cómo una amiga que es muy buena para dar regalos me regaló un CD de una de mis bandas favoritas. El regalo habría sido ideal excepto por un detalle: yo ya tenía ese CD.

Si dar regalos es una forma tan ineficiente de asignar recursos ¿Por qué lo seguimos haciendo?

Ya volví a hacer ilustraciones con Stable Diffusion. Un robot cute con un regalo.

Los regalos sirven para mandar señales

Cuando le regalas algo a alguien, estás tratando de mandarle un mensaje. Puede ser que le tratas de decir que la aprecias mucho y que pensaste en ella.

Idealmente un regalo manda el mensaje de que conoces a la persona y que sabes lo que le gusta y lo que prefiere. Esta señal es difícil de alcanzar y requiere invertir tiempo en conocer lo que a la otra persona le gusta.

La realidad es que solemos usar los regalos para mandar señales de que nos importa la persona, pero también para indicar algo sobre nosotros: queremos demostrar que somos generosos, que tenemos dinero, que somos inteligentes o sofisticados. Y todo esto no le sirve de nada a quien recibe el regalo.

Diferentes incentivos de quien da y quien recibe

Dar un regalo tiene diferentes incentivos que recibirlos. Cuando alguien da un regalo está pensando en el momento en el que la persona abre el regalo y lo agradece. A la persona que recibe también le interesa ese momento, pero también es importante para ella el tiempo en el que va a usar el regalo.

Esto genera algunos errores a la hora de presentar regalos. Por ejemplo:

  • Cuando damos regalos, le ponemos más valor al elemento sorpresa de lo que realmente importa. Esto es porque la sorpresa es más importante al momento de dar el regalo, pero no necesariamente hace al regalo más útil o más acorde a lo que la otra persona quiere.
  • Solemos dar regalos que tienen menos valor, pero que están completos y listos para usarse, pues eso se valora más en el momento.
  • Quienes dan regalos, prefieren dar regalos materiales que sean tangibles, pues estos generan una respuesta inmediata. Sin embargo, los estudios demuestran que son las experiencias las que generan más felicidad.
  • Tratamos de dar regalos que reflejen al receptor o su personalidad. La idea es dar una señal de que conocemos a la otra persona: si sabemos que esa persona es deportista, le damos tal vez ropa deportiva. Pero cuando tratamos de hacer un regalo demasiado especial acabamos generando menos valor.

Cómo mejorar los regalos

Ya identificamos algunos puntos importantes que hacen los regalos buenos (o malos). Aquí algunas formas de mejorar los regalos para esta navidad (o en cualquier momento del año, realmente).

  • Si la otra persona expresó que desea algo particular, puedes enfocarte en ello sin ningún remordimiento. Tal vez dudes porque se pierde el elemento sorpresa, pero los regalos que te piden tienen más probabilidad de ser valiosos.
  • Los regalos de mayor calidad pueden dar más valor, aún cuando sean incompletos. Estoy pensando por ejemplo en regalar un lego en lugar de un suéter a alguien a quien le gusta armar legos.
  • Los regalos intangibles también pueden ser valiosos. Tal vez le estás dando una tarjeta de regalo para una puesta de pestañas en el lugar favorito, o una suscripción a una página que sabes que le va a gustar porque le gusta mucho la economía (guiño guiño). El caso es que los intangibles pueden ser algo interesante o valioso.
  • Los regalos versátiles suelen generar más valor que aquellos que están demasiado enfocados en la persona.

Regalos aleatorios

En la posada del trabajo hicieron algo que me pareció muy interesante: organizaron un intercambio de tazas con chocolate. Todos teníamos que dar el mismo regalo a alguien de manera aleatoria.

Me gustó porque el enfoque del intercambio se vuelve el acto de dar y recibir y dejó de lado realmente el regalo. De cualquier manera, las tazas son una buena idea, pues son objetos de uso diario: la mía me gustó mucho (Gracias B. G.).

Regalos socialmente responsables

¿Quieres hacer un regalo socialmente responsable? Estoy dudando mucho si decirte esto o no, pero según algunos estudios, sobreestimamos que tanto van a apreciar las personas los regalos socialmente responsables.

Esto incluye donaciones de caridad a grupos con causa. Así que si vas a regalar algo por el estilo, considera compartirle este post también. Tal vez ayude a comprender que sólo es naturaleza humana y lo aprecie un poquito más. Después de todo, son regalos que dan dos veces.

Simplemente pregunta

Si hay una lección de todo esto es que si no sabes aún que regalarle a esa persona especial, ve y pregúntale que le gustaría. Si no quieres romper del todo la sorpresa, puedes pedirle dos o tres opciones: así no sabrá cuál de todas es la que recibirá.

Al final de cuentas, recuerda que lo importante es conectar con la otra persona.

Los regalos se han convertido en un buen inferior

La expresión “bien inferior” es una que usan los economistas para referirse a bienes que bajan su valor cuando las personas incrementan sus ingresos. Por ejemplo, las sopas maruchan son geniales si eres estudiante foráneo con poco dinero, pero si tus ingresos suben, tal vez prefieras consumirlas menos.

Pues en un estudio nuevo, Joel Waldfogel encontró que desde el año 2000 los regalos han disminuido a pesar de un incremento en los ingresos reales. En otras palabras, se está comportando como maruchan.

El artículo no deja claras las causas de manera definitiva. Se explora la idea de que hay menos niños en la población y la definición de regalo en las estadísticas. En ambos casos se hacen pruebas que permiten descartarlos como causas.

Puede ser que simplemente en esta generación sea diferente la forma en la que logran las conexiones que se daban en el pasado.


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