Cuidado con los estudios de caso

El extraño sesgo en nuestras mentes que afecta la forma en la que invertimos y tomamos decisiones.

Cuidado con los estudios de caso
Photo by Alexander Shatov / Unsplash

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Este es un libro de historias. La mayor parte de estas son historias de éxito que ayudan a ejemplificar cómo las estrategias que estás leyendo te pueden ayudar a ti. Esto es algo que se conoce como el método de casos.

Pero desde este momento te pido que desconfíes. Los casos que te voy a presentar muy probablemente no aplican a tu situación particular. Y es que el problema del estudio de casos es lo mismo que los hacen una herramienta poderosa de aprendizaje: nos presentan los casos de éxito.

Malos consejos para invertir

¿En qué acciones debería invertir en la bolsa? ¿Debería poner dinero en criptomonedas? ¿Debería de poner un negocio?

No se lo preguntes a Google. Lo más probable es que en los primeros lugares de búsqueda encuentres casos de personas que hicieron sus fortunas invirtiendo en acciones, en criptomonedas o en el nuevo modelo de negocio que absolutamente tienes que conocer.

En esta sección te quiero invitar a que te alejes de estos consejos, o al menos que mantengas un saludable escepticismo al respecto. La razón es que las historias que llegan a nosotros, las historias de éxito, ocultan algo.

El sesgo de supervivencia

Steve Jobs es famoso por su gran genialidad. Hijo de un carpintero, Jobs logró fundar y hacer crecer a Apple y llevarla a ser de las compañías más importantes del planeta.

También era famoso por ser de actitud despreciable. Particularmente con sus empleados. El nivel de perfección que exigía en todos sus productos lo llevaban a dar retroalimentación brutalmente honesta y llevar a muchos de ellos a las lágrimas.

Una mala lección de la historia de Jobs sería recomendar su estilo de liderazgo y decirte que ser grosero con tus empleados te puede llevar a dirigir una empresa internacional. A Jobs le funcionó esto por una extraña mezcla de cualidades que no te podría decir cómo replicar.

Mientras que Steve Jobs logró llevar el iPod a nuestros bolsillos con su estilo particular de liderazgo, miles de líderes con estilos similares llevaron a sus empresas a la quiebra usando las mísmas técnicas. Como estas empresas quebraron, jamás leímos sobre ellas en estudios de caso, nunca vimos a esos CEOs intrépidos en las portadas de la revista TIME ni leímos y analizamos sus biografías una y otra vez. No los conocemos.

Este es un efecto que se le conoce como el sesgo de supervivencia. El sesgo de supervivencia es el error lógico de concentrarse en las personas o empresas que pasaron por un proceso de selección, pasando por alto aquellos que no lo lograron. Típicamente quienes no logran pasar dicho proceso pierden visibilidad. Esto puede llevarnos a conclusiones falsas.

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